miércoles, 12 de noviembre de 2014

BIBLIOGRAFIA 9


LeMone P. Burke K. Enfermería Médico Quirúrgica, Pensamiento crítico en la asistencia al paciente. vol.I. 4ª edición. Madrid: Pearson Educación S.A.; 2009. p. 809-810.



      HERNIAS.

      En esta bibliografía hablaré de lo que es una hernia y dentro de la asistencia a pacientes con trastornos intestinales que tipo de hernias se pueden producir y sus complicaciones.

      Hernia: Es un defecto de la pared abdominal que permite que una parte del contenido abdominal protuya fuera de la cavidad abdominal. Se pueden producir como consecuencia de traumatismos, aumento de presión abdominal por embarazo, obesidad, tumores, cirugía o levantamiento de peso excesivo.

      Pueden ser congénitas o adquiridas y para clasificarlas se hará según su localización anatómica. La mayoría de ellas se producen en la ingle (inguinales o femorales) y con frecuencia suelen ser congénitas al no cerrarse adecuadamente el conducto formado al descender los testículos al escroto durante el desarrollo fetal, aunque también pueden causadas por la debilidad de la fascia de la región de Hesselbach, o por dilatación del anillo femoral. Las ventrales o incisionales se producen por el debilitamiento de la musculatura de la pared abdominal y las hernias de hiato (que ya mencioné en anterior bibliografía) de forman en el diafragma.

- Hernias inguinales:

       Suelen afectar más a los varones y las podemos clasificar en directas, al ser su causa un defecto adquirido ya que son debidas al debilitamiento de la pared abdominal posterior y suelen aparecer a edades avanzadas o indirectas cuando son debidas al cierre incorrecto de del conducto formado para descender los testículos antes del nacimiento.

             En el caso de las hernias femorales son un defecto adquirido  en los que el saco peritoneal protuye a través del anillo femoral.
                  
             Se manifiestan con un dolor agudo o bien un dolor sordo que irradia hacia el escroto y pueden producir un bulto o inflamación en la ingle, aunque hay veces que no tienen ninguna manifestación y son detectadas en un reconocimiento rutinario.
     
           - Hernias umbilicales:

           En este tipo de hernias, el embarazo y la obesidad son factores que contribuyen a su desarrollo en personas adultas. Pueden ser congénitas o adquiridas. Son más frecuentes en mujeres en caso de embarazos múltiples con partos prolongados, ascitis y tumores intraabdominales grandes. Tienden a agrandarse  de forma continuada y  suelen contener epiplón aunque también pueden presentar contenido de intestino delgado o grueso.

          Causan dolor agudo al toser o realizar algún esfuerzo o bien una sensación de dolor sorda. Su principar complicación es la estrangulación de la hernia.
  
  - Hernias incisionales o ventrales:

         Se forman como consecuencia de una intervención quirúrgica previa o por un desgarro muscular. Una mala cicatrización de cualquiera de las dos cosas puede desencadenar su formación. Los factores que contribuyen a su aparición son el cierre inadecuado de heridas, infección postoperatoria, edad avanzada, obesidad, malnutrición o excesiva tensión en una incisión (toser fuertemente).

         Son a menudo asintomáticas y se caracterizan por la aparición de una protuberancia en la zona de incisión solamente apreciable cuando el paciente pasa de estar tumbado a sentarse. No tienen apenas complicaciones ya que su riesgo de incarceración en muy bajo a ser la protuberancia muy pequeña.
        
         Cuando las hernias son reducibles, es decir, que el contenido puede volver a la cavidad abdominal no presentan complicaciones importantes. Por el contrario, cuando el contenido no puede regresar decimos que la hernia esta incarcerada, y en este caso puede ocurrir que haya una obstrucción intestinal o que la hernia se estrangule dando lugar a una falta de aporte sanguíneo a los tejidos que la forman o al intestino pudiendo llegar a infartarse, produciendo contaminación perforación de la cavidad peritoneal.
  
    El tratamiento habitual de las hernias en mediante una herniorrafia, es bien tolerada por casi todos los paciente e implica riesgos muy inferiores a los anteriormente descritos. Cuando la cirugía está contraindicada se puede optar por llevar un vendaje abdominal o indicarle al paciente que se tumbe y presionando suavemente sobre la hernia intente que la masa se reduzca, esto siempre que la hernia no esté incarcerada.         
   

  

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