lunes, 10 de noviembre de 2014

Bibliografia Jueves 6 de Noviembre

PANCREATITIS AGUDA

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Fitzpatrick E.R. Brunner y Suddarth. Enfermería medicoquirúrgica. Vol II. En : Smeltzer S.C, Bare G.B, Hinkle J.L, Cheever H.K. Brunner y Suddarth. Enfermería medicoquirúrgica. Vol II. 12 ed. Barcelona: Lippincott Williams & Wilkins; 2012. p. 1181- 1185
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La pancreatitis es la inflamación del páncreas, es un trastorno grave cuya forma de clasificarlo que divide el trastorno de forma aguda o grave. La pancreatitis aguda puede ser una urgencia médica asociada a un riesgo elevado de complicaciones que ponen en peligro la vida, en cambio la crónica a menudo no se detecta hasta que un 80 o 90% del tejido exocrino y endocrino está destruido. Por ello en este caso me centrare en la aguda ya que es un peligro para el paciente que llega al centro sanitario o hospital para ser tratado.



La pancreatitis aguda va desde un trastorno leve a uno grave que rápidamente es fatal y no responde al tratamiento. La leve se caracteriza por edema e inflamación confitados al páncreas, hay una disfunción orgánica mínima y el regreso a la función normal ocurre a los 6 meses después, aunque esta se considera leve el paciente se encuentra grave y en riesgo de choque hipovolémico, trastorno de líquidos y electrolitos. Una digestión enzimática más generalizada y completa de la glándula caracteriza este tipo de pancreatitis agua grave. Las enzimas dañan los vasos sanguíneos locales y puede ocurrir hemorragia y trombosis. El tejido se vuelve necrótico y el daño se extiende hacia los tejido retroperitoneales. Las complicaciones locales incluyen quistes y abscesos pancreáticos y acumulaciones agudas de líquido en o cerca del páncreas. Los pacientes que desarrollan complicaciones sistémicas con insuficiencia orgánica como insuficiencia pulmonar con hipoxia.

Consideraciones gerontológicas: Afecta a adultos de todas las edades, pero el índice de mortalidad aumenta con el avance de la edad. Los pacientes más jóvenes tienden a desarrollar complicaciones locales; la insuficiencia orgánica múltiple aumenta con la edad como un posible resultado de las disminuciones progresivas en la función fisiológica de los órganos principales con el aumento de la edad.

Fisiopatología: La autodigestión del páncreas por sus propias enzimas proteolíticas causa la pancreatitis aguda, un 80% de los pacientes tienen enfermedad de las vías biliares o antecedentes de abuso de alcohol de larga duración que por lo común habían tenido pancreatitis crónica no diagnosticada antes del primer episodio de la aguda. Los cálculos entran en el colédoco y se alojan en la ampolla de Vater, obstruyendo el flujo del jugo pancreático o causando un reflujo de bilis del colédoco hacia el conducto pancreático lo que activa las poderosas enzimas dentro del páncreas que normalmente están permanecen inactivas hasta que la secreción pancreática alcanza la luz del duodeno que al activarse pueden ocasionar vasodilatación, aumento de la permeabilidad vascular, necrosis, erosión y hemorragia. El índice total de mortalidad en pacientes  es elevado 2 de cada 10 debido a choque, anorexia hipotensión o desequilibrio líquido. El la aguda grave el índice es 10 de cada 30 caracterizada por necrosis pancreática.


Manifestaciones clínicas: El dolor abdominal grave es el síntoma principal de este cuadro que determina que el paciente busque asistencia. El dolor abdominal y de palpación así como el de espalda resultan de la irritación y edema del páncreas inflamado. El aumento de la tensión sobre la cápsula pancreática y la obstrucción de sus conductos también contribuyen al dolor. De manera típica el dolor ocurre en el epigastrio medio, con frecuencia es agudo al inicio, de 24-48 horas después de una comida copiosa o ingestión de alcohol puede ser difuso y difícil de localizar. Por lo general es más intenso después de los alimentos y no se alivia con antiácidos, este se puede acompañar de distensión abdominal, una masa abdominal de límites imprecisos, disminución del peristaltismo y vómito que no alivia el dolor ni la náusea. El paciente parece muy grave pudiéndose desarrollar un abdomen rígido o en tabla que por lo general es un signo ominoso ya que indica peritonitis. Los derrames sanguíneos en el flanco o alrededor del ombligo pueden indicar pancreatitis grave. Las náuseas y los vómitos se relacionan con aguda. La hipotensión es típica y refleja hipovolemia y choque causado por la pérdida de grandes cantidades de líquido rico en proteínas además de taquicardias, cianosis y piel fría donde es común la insuficiencia renal.

Valoración y datos diagnósticos: El diagnóstico de pancreatitis aguda se basa en el antecedente del dolor abdominal, presencia de factores de riesgo y hallazgos tanto en el examen físico como diagnóstico. Las cifras de amilasa sérica y lipasa se usan aunque su elevación pueda asociarse a otras causas. El recuento de leucocitos por lo común está elevado, la hipocalcemia está presente en muchos pacientes y correlaciona bien con la gravedad de la pancreatitis que en algunas ocasiones constara de hiperglucemia transitoria y glucosuria así como cifras elevadas de bilirrubina sérica. Se pueden obtener estudios de rayos x del abdomen y tórax para diferenciar la pancreatitis de otros trastornos que pueden causar síntomas similares y para detectar derrames pleurales. El ultrasonido y el TAC de contraste aumentado se usan para identificar el aumento del diámetro del páncreas y para detectar quistes, abscesos o seudoquistes. Las cifras del hematocrito y hemoglobina se usan para vigilar una posible hemorragia del paciente. La CPRE se usa rara vez en la evaluación diagnóstica debido a que el paciente está muy grave.

Tratamiento médico:  El manejo se dirige hacia el alivio de los síntomas y a prevenir o tratar las complicaciones, se suspende todo el consumo oral para inhibir la estimulación del páncreas y su secreción enzimática. La nutrición parental tiene un papel importante en el apoyo nutricional, en particular en aquellos que están debilitados. Se puede usar aspiración nasogástrica para aliviar náuseas y vómitos y para disminuir la dolorosa distensión abdominal y el íleo paralítico.

Manejo del dolor: La adecuada administración de analgesia es esencial durante el curso de la pancreatitis aguda para proporcionar suficiente alivio del dolor y para minimizar la inquietud que puede  estimular más la secreción pancreática, el alivio del dolor puede requerir opioides parenterales como la morfina que en el pasado se evitó su uso debido a la preocupación de la producción de espasmos dolorosos del esfínter de Oddi que sin embargo estimulan el esfínter en cierta medida. Debe de recibir el paciente un cuidado intensivo en relación de la pérdida de líquidos y sangre para prevenir la insuficiencia renal, el cuidado respiratorio o el drenaje biliar.

Intervención quirúrgica: Aunque a menudo la intervención es peligrosa debido a que el paciente muy grave tiene un riesgo quirúrgico elevado, la operación se puede realizar para afianzar el diagnóstico de pancreatitis, establecer el drenaje pancreático o resecar un páncreas necrótico. El paciente suele tener múltiples drenajes colocados tras la operación, así como incisión quirúrgica que se deja abierta para irrigación y taponamientos repetidos cada 2 o 3 días.




Manejo posagudo: Se pueden usar antiácidos después que se resolvió la pancreatitis aguda y se inicia de forma gradual de los alimentos bajos en grasa y proteínas, la cafeína y el alcohol se elimina de la dieta.


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