PANCREATITIS AGUDA
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Fitzpatrick E.R. Brunner y Suddarth. Enfermería
medicoquirúrgica. Vol II. En : Smeltzer S.C, Bare G.B, Hinkle J.L, Cheever
H.K. Brunner y Suddarth. Enfermería
medicoquirúrgica. Vol II. 12 ed. Barcelona: Lippincott Williams &
Wilkins; 2012. p. 1181- 1185
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La pancreatitis es la inflamación del páncreas, es un trastorno
grave cuya forma de clasificarlo que divide el trastorno de forma aguda o
grave. La pancreatitis aguda puede ser una urgencia médica asociada a un riesgo
elevado de complicaciones que ponen en peligro la vida, en cambio la crónica a
menudo no se detecta hasta que un 80 o 90% del tejido exocrino y endocrino está
destruido. Por ello en este caso me centrare en la aguda ya que es un peligro
para el paciente que llega al centro sanitario o hospital para ser tratado.
La pancreatitis
aguda va desde un trastorno leve a uno grave que rápidamente es fatal y
no responde al tratamiento. La leve
se caracteriza por edema e inflamación confitados al páncreas, hay una
disfunción orgánica mínima y el regreso a la función normal ocurre a los 6
meses después, aunque esta se considera leve el paciente se encuentra grave y
en riesgo de choque hipovolémico, trastorno de líquidos y electrolitos. Una
digestión enzimática más generalizada y completa de la glándula caracteriza
este tipo de pancreatitis agua grave. Las enzimas dañan los vasos sanguíneos locales
y puede ocurrir hemorragia y trombosis. El tejido se vuelve necrótico y el daño
se extiende hacia los tejido retroperitoneales. Las complicaciones locales
incluyen quistes y abscesos pancreáticos y acumulaciones agudas de líquido en o
cerca del páncreas. Los pacientes que desarrollan complicaciones sistémicas con
insuficiencia orgánica como insuficiencia pulmonar con hipoxia.
Consideraciones gerontológicas: Afecta a adultos de todas las edades, pero el índice de
mortalidad aumenta con el avance de la edad. Los pacientes más jóvenes tienden
a desarrollar complicaciones locales; la insuficiencia orgánica múltiple aumenta
con la edad como un posible resultado de las disminuciones progresivas en la función
fisiológica de los órganos principales con el aumento de la edad.
Fisiopatología: La autodigestión del páncreas por sus propias
enzimas proteolíticas causa la pancreatitis aguda, un 80% de los pacientes
tienen enfermedad de las vías biliares o antecedentes de abuso de alcohol de
larga duración que por lo común habían tenido pancreatitis crónica no
diagnosticada antes del primer episodio de la aguda. Los cálculos entran en el colédoco
y se alojan en la ampolla de Vater, obstruyendo el flujo del jugo pancreático o
causando un reflujo de bilis del colédoco hacia el conducto pancreático lo que
activa las poderosas enzimas dentro del páncreas que normalmente están
permanecen inactivas hasta que la secreción pancreática alcanza la luz del
duodeno que al activarse pueden ocasionar vasodilatación, aumento de la
permeabilidad vascular, necrosis, erosión y hemorragia. El índice total de
mortalidad en pacientes es elevado 2 de
cada 10 debido a choque, anorexia hipotensión o desequilibrio líquido. El la
aguda grave el índice es 10 de cada 30 caracterizada por necrosis pancreática.
Manifestaciones clínicas: El dolor abdominal grave es el síntoma
principal de este cuadro que determina que el paciente busque asistencia. El
dolor abdominal y de palpación así como el de espalda resultan de la irritación
y edema del páncreas inflamado. El aumento de la tensión sobre la cápsula
pancreática y la obstrucción de sus conductos también contribuyen al dolor. De
manera típica el dolor ocurre en el epigastrio medio, con frecuencia es agudo
al inicio, de 24-48 horas después de una comida copiosa o ingestión de alcohol
puede ser difuso y difícil de localizar. Por lo general es más intenso después de
los alimentos y no se alivia con antiácidos, este se puede acompañar de
distensión abdominal, una masa abdominal de límites imprecisos, disminución del
peristaltismo y vómito que no alivia el dolor ni la náusea. El paciente parece
muy grave pudiéndose desarrollar un abdomen rígido o en tabla que por lo
general es un signo ominoso ya que indica peritonitis. Los derrames sanguíneos en
el flanco o alrededor del ombligo pueden indicar pancreatitis grave. Las
náuseas y los vómitos se relacionan con aguda. La hipotensión es típica y
refleja hipovolemia y choque causado por la pérdida de grandes cantidades de
líquido rico en proteínas además de taquicardias, cianosis y piel fría donde es
común la insuficiencia renal.
Valoración y datos diagnósticos: El diagnóstico de pancreatitis
aguda se basa en el antecedente del dolor abdominal, presencia de factores de
riesgo y hallazgos tanto en el examen físico como diagnóstico. Las cifras de
amilasa sérica y lipasa se usan aunque su elevación pueda asociarse a otras
causas. El recuento de leucocitos por lo común está elevado, la hipocalcemia
está presente en muchos pacientes y correlaciona bien con la gravedad de la
pancreatitis que en algunas ocasiones constara de hiperglucemia transitoria y
glucosuria así como cifras elevadas de bilirrubina sérica. Se pueden obtener
estudios de rayos x del abdomen y tórax para diferenciar la pancreatitis de
otros trastornos que pueden causar síntomas similares y para detectar derrames
pleurales. El ultrasonido y el TAC de contraste aumentado se usan para
identificar el aumento del diámetro del páncreas y para detectar quistes,
abscesos o seudoquistes. Las cifras del hematocrito y hemoglobina se usan para
vigilar una posible hemorragia del paciente. La CPRE se usa rara vez en la evaluación
diagnóstica debido a que el paciente está muy grave.
Tratamiento médico: El
manejo se dirige hacia el alivio de los síntomas y a prevenir o tratar las
complicaciones, se suspende todo el consumo oral para inhibir la estimulación
del páncreas y su secreción enzimática. La nutrición parental tiene un papel
importante en el apoyo nutricional, en particular en aquellos que están
debilitados. Se puede usar aspiración nasogástrica para aliviar náuseas y
vómitos y para disminuir la dolorosa distensión abdominal y el íleo paralítico.
Manejo del dolor: La adecuada administración de analgesia es
esencial durante el curso de la pancreatitis aguda para proporcionar suficiente
alivio del dolor y para minimizar la inquietud que puede estimular más la secreción pancreática, el
alivio del dolor puede requerir opioides parenterales como la morfina que en el
pasado se evitó su uso debido a la preocupación de la producción de espasmos
dolorosos del esfínter de Oddi que sin embargo estimulan el esfínter en cierta
medida. Debe de recibir el paciente un cuidado intensivo en relación de la
pérdida de líquidos y sangre para prevenir la insuficiencia renal, el cuidado
respiratorio o el drenaje biliar.
Intervención quirúrgica: Aunque a menudo la intervención es
peligrosa debido a que el paciente muy grave tiene un riesgo quirúrgico
elevado, la operación se puede realizar para afianzar el diagnóstico de
pancreatitis, establecer el drenaje pancreático o resecar un páncreas
necrótico. El paciente suele tener múltiples drenajes colocados tras la
operación, así como incisión quirúrgica que se deja abierta para irrigación y
taponamientos repetidos cada 2 o 3 días.
Manejo posagudo: Se pueden usar antiácidos después que se
resolvió la pancreatitis aguda y se inicia de forma gradual de los alimentos
bajos en grasa y proteínas, la cafeína y el alcohol se elimina de la dieta.
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